Cultura por Mercancía…Piénsalo


 Lata de sopa de Tomate "Cambell's", producto de la
Campbell Soup Company


El capitalismo convierte todo en mercancía por qué no el arte. Por qué no él artista.



La globalización llega a todas partes y no es un secreto que se ha convertido en el instrumento a abolición de muchas expresiones de cultura. Una de las más evidentes tal vez sea en la comida regional de cada país que ahora suman las hamburguesas y gaseosas que se comercializan por todo el mundo. ¿Ha desaparecido la comida regional? No, no ha hecho. Lo llegará a hacer, no lo sé. Creo que no. Lo cierto es que la globalización en conjunto con el capitalismo convierte muchas de estas expresiones culturales en mercancía, las que son buenas y rentables permanecen mientras que aquellas que no lo son solo permanecerán únicamente por un arraiga nacionalista o cultural. Si es arte visual es cultura, y de hecho lo es, este sin duda es afectado en este momento y lo seguirá haciendo



El artista de la periferia, es decir los artistas latinoamericanos, como lo menciona Luis Cammitzer en su ensayo ¨La figura del artista¨  se ven obligados a mantener un empleo principal muchas veces o de medio tiempo para poder trabajar en sus propios proyectos artísticos  el tiempo que les queda, no así los artistas del centro, es decir, aquellos del primer mundo quienes se pueden dedicarse con mayor facilidad a las expresiones artísticas y tener una mejor remuneración económica por ello. Uno podría pensar que el arte y su responsable legado cultural, histórico, crítico no se ven afectados por la globalización pero sí el artista y su producción. Por ende el arte. Por lo cual se tiende a polarizar, y decir que el arte del centro es comercial, es decir aquel que deja un legado mercantil importante es el del centro y el de la periferia no lo es y deja un legado cultural sólido o viceversa. Lo cual no es cierto.



                No obstante el fenómeno de artistas que emigran hacia el centro, no es nuevo y se ha dado en siglo XX con participaciones destacables de artistas como el caso de Diego Rivera que dio aportes en su momento al el cubismo y más tarde llegó a posicionar un movimiento artístico importante como lo fue el muralismo mexicano. O también está el caso de Torres García que desarrolló un trabajo singular  en el neoplasticismo al término de los años veinte y así otros como Wilfredo Lam, Francisco Oller y Otros. Lo podríamos resumir en que fueron, aprendieron, innovaron y luego regresaron a sus países de origen. Sin embargo la sociedad actual es sin duda mucho más capitalista que la de aquel entonces y quizá la necesidad no sea mayor pero se mira más atractivo ahora el hecho de quedarse en el extranjero que regresar a sus propios países. 


                El capitalismo convierte todo en mercancía por qué no el arte. Por qué no él artista. Si bien es cierto que sea atractivo el hecho de quedarse en el extranjero y posicionarse allá como artista quizá con un arte muy diferente al que se haría en la periferia, quién puede culparlos. El arte es reflejo de la sociedad y vivimos en una sociedad capitalista. Y el enclaustramiento no es una buena estrategia ante la expansión imperial hay que salirle al paso e intentar reformular y transgredir las reglas de su juego en función de los proyectos propios.


                El arte no comercial no dejará de existir ni se perderá, este existe desde antes de que la misma palabra ¨arte¨ fuera acuñada. Existe el arte rupestre, en las cavernas de Las Caux, desde ante que existiera una moneda de cambio. El arte parece venir consigo al ser humano. Sin embargo lo que en muchas ocasiones consideramos grandes expresiones de arte han surgido en momentos de prosperidad económica y de relativa paz. Lo que me hace llegar a la conclusión de que el arte siempre ha sido un intercambio. Tal vez el legado cultural sobre pasa con creces su costo pero en muchos casos a excepción del landart, o del arte con objetos encontrados y otros se necesita comprar materiales para su realización y un posible comprador ya que el artista vive en un mundo en el que tiene necesidades económicas.  Por lo tanto es fácil que el arte se convierta en la era moderna en una mercancía y que este se adecúe a los mejores medios de remuneración. 


                No obstante, como afirmé en párrafos atrás, el arte es un reflejo de la sociedad y nos muestra cierta polaridad en el que hay artistas son parte de esta mercancía y otros que no siguen esta corriente, y en ocasiones tampoco pueden (pues el medio local no se presta para que sus obras tengan una justa remuneración). Y hay movimientos como el mencionado landart que por su naturaleza no van bien ni con el capitalismo, o con ser mercancía. El mismo arte puede servir como resistencia y de complicidad. En la época moderna no existen blancos y negros. Como dijo Matinez en su ensayo ¨Los Modernismos Invisibles¨, el arte tiende a la descentralización y lo que hoy consideramos como centro en un tiempo será otro.


                El arte cambia a cómo han cambiado los tiempos y coincido con Cammitzer en que la meta de todo artista debería ser el de trabajar por un arte que mejore a la sociedad, en que tenga un legado cultural importante y crítico. Aunque siempre estará el interés comercial, quién lo haga, quien esté en contra y quién se beneficie y quién no. El arte es arte y cambiará inevitablemente con los tiempos para algunos para bien y para los conservadores para mal. Cultura por mercancía…piénsalo.


Escrito: Allan Cepeda Céspedes  

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